TRIBULACIONES DE UN REBOTADO

(Igual que en su día lo hice con el PP y con el PSOE, hoy voy a darle caña a Podemos, por si alguien sensible prefiere dejar de leer para no disgustarse).

Pues bien, el genial Miguel Gila explicaba cómo, en cierta ocasión, llegaba Sherlock Holmes a la escena de un crimen, con el cadáver aún de cuerpo presente.

Tras encender su pipa y echar un vistazo, sentenció:

–El asesino es el mayordomo.

–¿Cómo lo ha sabido? –preguntó el oficial de policía al cargo.

–Porque soy Sherlock Holmes y se calla todo el mundo.

No suelo manifestarme políticamente, pero es que actuaciones como el personaje de Gila son cada vez más frecuentes. En lugar de argumentar las cosas, se pone sobre la mesa algún paradigma, como la corrupción, y se zanja la discusión; porque, en realidad, no hay ganas de discutir ni de argumentar. Es demasiado cansino, exige demasiado esfuerzo.

Así, mentar Bárcenas o los Eres de Andalucía es habitual, cada vez que alguien lleva la contraria a los partidos denominados “emergentes”. Que existen, sí. Que soy despreciables, también. Que sus partidos merecen un castigo por ello, perfecto.

Pero si uno se queda en eso, y nada más, corremos el riesgo de acabar votando a una denuncia, y no a una propuesta. Y creo que lo que procede es votar una propuesta.

Podemos se ha autodefinido como el “partido de la gente”. Los demás no. Sólo ellos. Por ese motivo se les presupone superioridad moral, y con frecuencia se les exime de altura intelectual en cualquier discusión, ya que sus propósitos son bienintencionados. Los de todos los demás, se ve que no tanto.

Por ello he visto cómo se insulta abiertamente a votantes de otras opciones, que han ejercido democráticamente su derecho. Dicho sea de paso, de forma mayoritaria. He visto en las redes sociales cómo se dice que este es “un país de imbéciles”, o bien “de descerebrados”, tal vez que los votantes de otras opciones “son cómplices de la corrupción”, y otras frases de corte totalitario similares, que la gente reenvía impulsados por la frustración.

Pues bien, a riesgo de que me llamen de todo, yo no me callo más.

Llega un partido que queda tercero y su líder sale a la palestra el primer día y pone sobre la mesa condiciones para empezar a hablar:

–Reformar el sistema electoral

–Reforma de la justicia

–Blindar los derechos sociales

–Prohibición de puertas giratorias

–Nuevo encaje territorial y referéndum

Y a callar todo el mundo, que soy Sherlock Holmes.

Un poquito de historia reciente:

En mayo de 2014, presentaron un programa económico de la mano de Vicenç Navarro y Juan Torres. Según éste, resultaría sencillo incrementar el presupuesto de ingresos del Estado en 350.000 millones al año. Proponían, por otra parte, incrementar los gastos en 484.000 millones. O sea, proponían, como algo razonable, aumentar el déficit anual en 133.000 millones. De locos.

Pero en realidad sería mucho más, ya que incrementar en 350.000 millones un presupuesto de ingresos que actualmente está en los 370.000 millones supondría prácticamente duplicarlo, algo simplemente imposible. Sobre todo porque el PIB del país es de 1 billón, y ello implicaría una tasa de imposición fiscal del ¡¡¡72%!!!

Pero ya nadie se acuerda de aquello. ¿A que no se acuerdan? Tiren de hemerotecas, tiren. Lo que ocurrió es que llegó Ana Pastor en junio del mismo año (bien por la prensa libre) y dejó en evidencia esta y otras muchas incongruencias.

A partir de ahí hubo un cambio de actitud radical, y empezaron a hablar de Dinamarca, Suecia o Noruega, que resultaba que eran el modelo a seguir (por cierto, casualmente monarquías parlamentarias todas ellas). En un fiasco programático y una entrevista desastrosa, pasaron de comunistas a socialdemócratas nórdicos. Así, en una tarde.

Bueno, pensarán, también Felipe González hizo lo mismo en Suresnes, en 1974, cuando dio un puñetazo sobre el atril al grito de “hay que ser socialistas antes que marxistas, compañeros”. Y seguramente tengan razón.

Pero luego te lees el programa. Mil cosas que decir al respecto de éste. Algunas buenas, no lo niego. Otras que, al menos yo, las veo así:

–Garantía de renta mínima de 600 € por hogar.

–Garantía de vivienda, con paralización de los desahucios hasta buscar una

alternativa habitacional.

–No se podrá cobrar más del 30% de la renta familiar en concepto de renta.

O sea:

Imaginemos un caso desgraciado, una familia con tres hijos mayores de edad, todos en el paro. Una tragedia, lamentablemente repetida en demasiadas ocasiones. Cada uno de los hijos se va de casa y alquila un piso. Están en el paro, pero no importa. No pueden pagar la renta, pero pasan a cobrar 600 € del Estado cada uno. Los padres también. Los hijos, al no tener más ingresos, sólo pueden pagar el 30% de su renta en forma de alquiler. Así que el alquiler tiene que bajar a 180 €. Eso hasta que se busque una alternativa habitacional.

Con la ley en la mano, podría darse este caso, ¿no? Bueno, es posible que el lector de estas líneas esté de acuerdo con las medidas, pero claro, es posible que alguien que viva de alquilar su piso tenga algo que decir al respecto.

Y al respecto, el programa establece que se sancionará a los particulares o empresas con más de diez pisos vacíos. Es decir, se trata de evitar que se acaparen propiedades con ánimo especulativo. ¿Y quién tiene más de diez pisos vacíos?

Seguramente empresas promotoras que los construyeron y no los han podido vender. Lo sé porque esto es algo que he visto mucho en mi trabajo. Una empresa lo que quiere es vender, pero si no puede, con esta nueva norma, además de que están pasando apuros, porque no han podido vender su producto, se les sanciona.

Es decir, que se quiere frenar la especulación inmobiliaria, sancionando a quienes tienen pisos y ni los venden ni los alquilan. ¡Incluso aunque no puedan!

Pero alto ahí, que hay otra medida: a las pymes también se les rescatará, y se harán quitas por parte de los bancos cuando estén en problemas. Y se les reestructurará la deuda por procedimiento abreviado. Entonces, no hay problema, porque el propietario de las viviendas vacías las puede ceder por cuatro perras a quién lo desee, y el Estado garantiza que los bancos no se las quitan.

Es decir: se quiere frenar la especulación. Entonces, a las empresas que tienen más de diez pisos se les sanciona. Salvo que sean pymes. Entonces se les protege y rescata de los bancos. Y a los bancos que les den.

A modo de información, les indico que pymes significa Pequeñas Y Medianas empresas, y que una mediana empresa es aquella que tiene hasta 250 empleados, factura hasta 50 millones de euros al año y tiene unos activos de hasta 43 millones de euros.

Así que estas empresas serán protegidas con nuestros impuestos. Po fale, que diría Makinavaja.

¿Y qué pasa con los impagados a los bancos? ¿No se verán éstos afectados?

No pasa nada, en otro punto del programa se establece que se crearán bancos públicos, que garantizarán los servicios a todos los ciudadanos. Bancos públicos, como esos que nos han costado 40.000 millones de rescate (léase Cajas de Ahorro, en cuyos Consejos de Administración se sentaban todos los partidos, sí todos, PSOE, IU, PP, CC, IRC, CiU, etc., además de empresarios y sindicatos).

Pero no sólo se crearán bancos públicos. También se recuperarán para el Estado todas las empresas de servicios básicos: Eléctricas, Telecomunicaciones, Energía, Aguas, Transportes, Farmacéuticas…

De este modo se creará una entidad similar al INI (Instituto Nacional de Industria), esa figura que Franco se inventó en 1941 en pleno periodo de autarquía, que llevó a España a las mayores tasas de pobreza de su historia, hasta que en 1959 a alguien se le ocurrió que eso era un disparate porque fomentaba lo que se conoce por Capitalismo de Estado.

Así que parece que donde nos quieren llevar, la revolución que plantean, es la revolución que, en su día, planteó Franco en 1941.

–Vale, peroooo… pero Rato y los cursos de formación de Andalucía… y Bárcenas y los Ere también, aunque ya lo dije antes…

Vuelta a empezar. Lo cual significa que fin de la discusión. A votar la denuncia, ya que la propuesta no la entiendo.

Bueno, vale ya de tono cáustico. No digo que algunas (o muchas) de las medidas sociales que plantean no estén bien, que creo lo están. Pero en mi opinión (iba a decir modesta, pero visto lo visto, no creo que sea tan modesta) están jugando con fuego, contándonos un cuento que se transformará, inevitablemente, en pesadilla.

Somos todos compatriotas, todos queremos lo mejor para nuestro país. Pero este nuevo partido harían bien en entender una realidad, que no por dura deja de ser cierta:

Por mucho que haya habido corruptos, por mucho que haya cosas que no nos gusten a ninguno, las matemáticas son fachas. Dos más dos son cuatro. Y esto, lo siento, no hay asamblea que pueda cambiarlo.

Convendría tenerse en cuenta, a fin de que podamos votar propuestas, y no denuncias.

P.D.: Otro día hablo de Cataluña, que ya me cansé.

P.D.II: Con este artículo no busco “me gusta” de esos. De hecho, agradecería que no pusieran ninguno, porque esto, en realidad, como dice la canción, ” no me gusta”.

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