TRUMP: OBRAS Y ESTROPICIOS
Laura tú me has advertido:
tú me decís, Laura bella,
que las obras son amores,
hoy quiero yo que se vea
que esa sentencia es verdad.
Lope de Vega y Carpio
Obras son amores, y no buenas razones
Se dice que la frase es originariamente de Teresa de Ávila, antes que Lope. Sea como sea, el mensaje es claro, y todo el mundo lo entiende. Déjate de rollos y ponte a hacer algo.
Trump ganó en 2016 contra pronóstico. Además, contra doble pronóstico, porque nadie pensó que ganara a los restantes candidatos en las primarias y luego a Clinton, su némesis. Pero ganó. Y en 2020 se presenta de nuevo y según los resultados publicados obtiene casi 75 millones de votos. Biden 81.
Vale.
Como yo no vivo en USA, me pongo a leer a ver qué ha hecho este hombre para que 75 millones de personas le otorguen su confianza de nuevo.
Leo por un lado que no se ha metido en ninguna guerra, que el desempleo está más bajo que nunca y que el empleo ha sido especialmente bueno para hispanos y afroamericanos, que la bolsa ha subido un 50%, y también algunos logros en política exterior, como mediar entre Israel y los Emiratos, y últimamente Marruecos…
Leo otras como que lo del muro de México fue una fanfarronada inacabada y lo que se ha hecho pagado, lógicamente, por Estados Unidos, que ha iniciado una guerra comercial con China de final incierto, que ha dado la espalda a Europa, acercándose a Putin y a Kim-Jong-un, que ha sufrido un impeachment (si bien lo ha superado) o que ha sido el presidente del coronavirus, con una política sanitara inadecuada respecto del mismo.
En algún lugar he leído que el hombre es un antisistema, en el bien entendido en que es un verso suelto y hace lo que le parece. Es curioso que un magnate pueda serlo. Pero claro, luego razona uno que para ser antisistema en el poder, tal vez sea requisito indispensable ser un magnate. Es decir, tener pasta por castigo. En cualquier caso, parece que realmente ha ido a su bola, lo que se demuestra con el rechazo de su propio partido por su tibieza en la irrupción en el Congreso por parte de una turba que no tuvo ningún problema para entrar. Es asombroso cómo el hombre que tiene poder para hacer lo que quiera no haya sido capaz de evitar que un tipo vestido de Daniel Boone (al menos de los disfraces que nos vendían de Daniel Boone cuando yo era chico) entre por allí padentro y se siente en el lugar del presidente del congreso. Inaceptable a todas luces, increíble a pesar de haberlo visto, evitable con un chasquear de los dedos por su parte.
¿La clave de su éxito? Tal vez dirigirse a la silente mayoría de la que hablaba Nixon. Esta le ha escuchado, emitiendo su voto y forzando una polarización del país como no lo ha estado desde la guerra civil del siglo XIX.
Por eso ha ganado en 2016. Y por eso tiene 75 millones de votos en 2020. Por entender que esa silente mayoría existe, y por hablar para ellos.
Ello le ha valido para tener en sus manos el mayor poder que tenga un ser humano sobre la faz de la Tierra. Pero claro, ahora quiere convencernos de que ha habido un complot para falsear voto por correo y echarlo. Por antisistema.
Pero… ¿y su poder para evitar este complot, dónde está? ¿Alguien puede realmente manipular el sistema? Si así fuera… ¿hay alguna prueba? Los 50 juicios que ha perdido, ¿significan algo? El último mediante el fallo en contra de un magistrado del Supremo, conservador como el que más, metido allí por Bush.
Cuando has perdido, has perdido, y personalmente me genera un gran rechazo el ver que determinadas personas se creen investidas de poder para violentar el lugar donde reposa la soberanía nacional. Es perentorio, en mi opinión, que el nuevo presidente considere como un objetivo lograr que un gran pueblo como es el norteamericano se reconcilie consigo mismo. Y para ello ha de entender que, independientemente de que no se pueden hacer las cosas como las ha hecho Trump, todo parece indicar que millones de norteamericanos se han sentido abandonados durante bastante tiempo. Si no, no lo hubiesen votado.
Un dato. El índice de Gini muestra la desigualdad existente en un país. Es un índice que oscila entre 0 (igualdad perfecta, todo el mundo tiene lo mismo) y 1 (desigualdad perfecta, toda la riqueza la tiene un tipo solo), España está en 0,36, Luxemburgo en 0,33, Canadá 0,34.
Estados Unidos está 0,42. Peor que Rusia o Marruecos y al mismo nivel que Haití o Djibouti, por ejemplo.
¿Es posible que este país tan rico, el más rico y poderoso del mundo, tenga esta desigualdad? ¿Tendrá este dato algo que ver? ¿Por qué, en cualquier caso, existe tanta desigualdad?
Y… ya de paso, ¿cómo deberíamos leer este dato desde aquí?
The answer my friend, que diría Dylan, is blowing in the wind…
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