ATENTOS…
La inflación acumulada desde 2008 hasta 2021 ha sido del 19,5%. Eso quiere decir que las cosas cuestan un 19,5% más hoy que en 2008. Sin embargo, la tarifa del IRPF no se deflacta desde 2008.
O sea: ganando lo mismo, una persona tiene hoy un 19,5% menos de capacidad de pago. En realidad es sencillo de entender. Si no se tiene en cuenta el índice del coste de la vida a la hora de cobrarnos los impuestos, en la práctica, nos están cobrando más impuestos.
Bien, sentado lo anterior, los argumentos para no deflactar la tarifa del IRPF, o sea, para rebajarnos los impuestos, se basan en precisamente evitar la inflación. Si se cobrasen menos impuestos, subiría la inflación, nos cuentan.
Pero la inflación intra-anual asciende ya al 10% (este dato es aparte de la inflación acumulada del 19,5% de que hablo en el primer párrafo).
Es decir, este 10% es lo que viene para finales de año, tal vez más, que se sumará a nuestra ya menguada capacidad adquisitiva en un 19,5% acumulado desde 2008.
¿Me explico?
Que sí, hombre. Que es muy sencillo. Sigue mi razonamiento:
–El ciudadano tiene menos capacidad de pago de casi un 20% acumulado desde 2008.
–La inflación es hoy un problema real.
–Nos cuentan que el ciudadano no puede tener rebajas de impuestos porque eso… sube la inflación.
–La inflación está desbocada, a pesar de que el ciudadano tiene un 20% menos de dinero que en 2008.
–Inflación es la subida de precios generalizada, que se suele achacar a la existencia de mucho dinero en circulación, reduciendo al absurdo el concepto.
¿Quién ha movido mucho dinero en los últimos años?
¿El ciudadano, que tiene un 20% menos de capacidad adquisitiva?
¿O tal vez el (los) gobierno(s)?
Sin ir más lejos, el español ha subido su disponibilidad de dinero en casualmente un 20/25%, convertido en deuda pública, que al final hemos de pagar todos… con impuestos.
Para eso, la solución parece ser no bajar los impuestos, y de ese modo quitarnos todavía más poder adquisitivo para pagar la deuda pública, entre otras cosas.
¿Queda claro?
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