ALEXIS
Se fue Alexis Ravelo.
No lo conocía, no tuve nunca la ocasión. Pero leo lo que ponen quienes sí lo conocieron, y tengo la impresión de que se ha ido una persona que tenía el arte de poner negro sobre blanco lo que todo el mundo entendía cuando lo leían, pero pocos veían a priori. Esa mirada, ese traducir el pensamiento global a palabras asequibles, a tramas cercanas, casi familiares.
Pero eso no era todo. No. No se quedaba en ser el más destacado exponente de nuestro arte escrito canario.
Por lo que leo a las incontables personas que hoy se han manifestado, este hombre cautivó a todo el mundo no por ser buen escritor, que también, no por ser buen observador, que por supuesto, no por tener la cabeza perfectamente amueblada, quién lo duda, sino por ser él mismo sin pedir permiso a nadie.
Me quedará siempre la pena de no haberlo conocido, y el consuelo de saber que lo mejor que podemos hacer es seguir su ejemplo, y tratar de parecernos a nosotros mismos.
A mí sí me han cautivados su obras, al menos aquellas a las que he podido asomarme.
No sé a muy bien a quién darle el pésame. Seguramente a cualquiera que sepa evaluar el arte hecha palabra escrita, y que hoy se percibe un tanto huérfano.
Con permiso, me siento uno de ellos.
Se ha marchado un referente que no ha dejado a nadie indiferente.
Buen viaje, Alexis Ravelo.
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