noviembre 3, 2020
In
Meditaciones fuera del cacharro
DESPROPÓSITOS
Leo en la prensa que hoy la policía ha cargado contra los estudiantes de la ULL.
¿Motivo?
Pues que por lo visto a alguien se le ha ocurrido que sería una buena idea hacer un simulacro de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la ULL.
En el mismo campus universitario en el que no es complicado que alguien evoque actuaciones pretéritas con final trágico hace 43 años, por una actuación policial pre-constitucional. Lo que iba a ser un seminario tendente a explicar qué hacer en caso de un derrumbe de edificio, con la coordinación de Policía Nacional, Guardia Civil y Ejército, ha terminado en carga policial contra los estudiantes.
A ver si nos entendemos. Soy amante del orden, algo que además llevo a gala en todos mis actos. Y admirador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero si yo fuera alcalde, lo último que se me ocurriría en época de Covid, de paro galopante, de limitación de libertades, de depresión generalizada, de tristeza colectiva, de futuro incierto, de presente desdibujado… es meter a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que tienen todos mis respetos, a desplegar sus capacidades en un campus universitario. Y si fuera rector y permitiera que ello se llevara a cabo, explicaría muy bien qué se quiere hacer. Y si me apuras, daría participación a los estudiantes, pues es su espacio.
Al final lo que se ha hecho es una doble demostración: qué hacer en caso de derrumbe y de paso qué hacer en caso de tumulto. La consecuencia ha sido un montón de alumnos por fuera del juzgado pidiendo que dos de sus compañeros sean puestos en libertad.
Qué necesidad.
Aquí alguien ha metido la pata hasta el fondo.
Esperemos que finalmente los ánimos se calmen, se ofrezca una explicación y todo vuelva a la normalidad pronto.
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