ENSEÑANZAS
Me enseñó que la mente humana es ilimitada. Y que la lectura es su alimento. Que hay que intentar vivir tranquilo, porque todo es relativo… menos lo absoluto. Me enseñó que vale más tener gracia que ser gracioso. Que hablar correctamente y caldo de gallina nunca hicieron daño a nadie. Que a veces vienen mal dadas. Y que no pasa nada. Que a veces se pasa miedo. Y que tampoco pasa nada. Que hay que respetar a los demás. Que el silencio es algo perfectamente válido. Que la voluntad todo lo puede. Que es importante escuchar. Pero a veces también lo es no escuchar. Seguir el instinto propio. Confiar en él. Me enseñó a observar. A hablar. Y a callar también. Y a pensar. Algo peligroso. Pero hay que hacerlo. Y tampoco pasa nada.
Hoy sé que conjugar compromiso con libertad esconde la clave del equilibrio.
Hoy sé que nos toca a nosotros enseñar cosas a los que vienen detrás.
Hoy sé que nunca estaremos a la altura. Que los retos son formidables.
Pero también sé que tampoco pasa nada.
Allá donde estés, feliz día viejo.
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