LOS DESHEREDADOS
En Canarias hay 2,2 millones de personas, y tenemos la mayor densidad de población de Europa. La población de África es aproximadamente de 1.200 millones de habitantes. Se espera que en 2100, alcance los 4.100 millones de habitantes.
Hablemos pues de solidaridad en Canarias.
Porque los canarios sabemos lo que es la solidaridad de los demás con nosotros. Seguro que muchos de los que leen esto tienen familiares, amigos o compañeros en Venezuela, o incluso en Cuba, como consecuencia de las masivas emigraciones del siglo pasado. Mucho debemos a Venezuela. Mucho se hizo aquí con el dinero que venía de allá. Algo que llevamos muy dentro y que no olvidamos.
Lo que sí hemos tal vez olvidado es cuándo dejamos de ser emigrantes para ser una tierra de inmigrantes. Y fue, precisamente, cuando el turismo creció. Antes del turismo éramos una tierra pobre, una tierra de emigrantes. Ahora, que el turismo está como está, puede que sea el lugar hacia el que vamos.
Pero razonemos un poco…
No son pocas las voces que se han alzado en los últimos días contra los que pensamos que hay otro modo de hacer las cosas, al hilo del confinamiento de un grupo de subsaharianos en un hotel de Gran Canaria. No han faltado tampoco calificaciones como la de ignorantes o xenófobos hacia quien se atreva a discrepar. Simplemente, no se puede discrepar. El empresario que los ha acogido (bien por él) ha evitado despidos, según cuenta la prensa hoy, y hay derechos universales que están por encima de todo. Pero, si no estás de acuerdo con la situación, si se te ocurre protestar de algún modo, prepárate, porque te van a poner a caer de un burro.
Al margen de criterios poblacionales, lo cierto es que nuestros hijos no consiguen trabajo.
Pues vaya argumento de cuñado, pensará usted.
Tal vez, pero lo cierto es que es el gobierno de Canarias quien paga ese hotel y todos los hoteles que estén por venir. Y lo hace con el dinero que pagamos en impuestos nosotros, los canarios. No Madrid. Ni Europa. Nosotros. Un dinero que, tal vez, pueda verse seriamente afectado por varios motivos:
- Porque, como digo, la mitad de nuestros hijos no tienen trabajo, y si lo tienen, es precario. Pagan pocos impuestos o ninguno, convirtiéndose en tal caso en personas susceptibles de recibir prestaciones del Gobierno. Son los que en el futuro sostendrán a este gobierno, no lo olvidemos. Y el futuro está ahí mismo, tampoco lo olvidemos.
- En el futuro, la población africana no va a disminuir, y me remito a primer párrafo. Y su situación no creo que mejore. Me remito a cualquier informe que pueda usted buscar sobre la materia (el último de Oxfam, por ejemplo).
- Meter a varios subsaharianos en un hotel está muy bien, porque tienen que ser tratados con respeto y solidaridad. Pero a los 60 días, de acuerdo con nuestras leyes, estarán libres. Entonces irán a la calle sin plan B. ¿Les daremos alguna ayuda también? Tal vez. En ese caso, el dinero saldría previsiblemente de impuestos, ¿no?
- Los tipejos que ganaron una pasta trayéndolos hasta aquí seguirán trayendo más, ya que es rentable económicamente y, por lo que se ha visto, socialmente también. Luego este coste previsiblemente crecerá… ¿hasta dónde?
Mientras nos desangramos económica y socialmente, es decir, mientras gastamos nuestro menguante dinero y nos peleamos entre nosotros (algo que hacemos de cine) Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Frontera y de Costas, existe, cobra, gasta y mira para otro lado. Total, con la desunión que hay aquí, no somos un problema para nadie más que para nosotros mismos.
Canarias tiene una densidad de población de 298 habitantes por kilómetro cuadrado. Referencias: España tiene 95, y la Europa Comunitaria, 116. Pero si consideramos que, por ejemplo, Tenerife tiene el 48,5% de su territorio protegido (ahí no se puede sentar un bloque ni instalar una tienda de campaña), la densidad de población de esta isla en territorio “habitable” puede pasar los 800 habitantes por kilómetro cuadrado, o sea, densidad de población de ciudad… sin las ventajas de ser una ciudad desde el punto de vista de gestionar bien las necesidades de una población: movilidad, servicios públicos, etc. En una tierra fraccionada y escarpada, con una presión brutal sobre la costa.
Bien, pues ésa es la densidad de población de Canarias con 2,2 millones de habitantes.
En África hay 1.200 millones.
¿Hablamos de solidaridad?
¿Qué ocurrirá cuando el turismo se haya terminado de ir al garete (a ver qué ocurre con los hoteles, a ver qué ocurre con los países emisores, etc.)? ¿Emigraremos de nuevo?
¿Qué ocurrirá cuando todos estos pobres desheredados que llegan transportados por mafias anden libres por la calle porque nuestras leyes así lo establecen?
¿Cuántos podemos acoger? ¿Diez mil? ¿Cien mil? ¿Un millón? ¿Dos? ¿Diez? ¿Cien millones tal vez?
Cuando lleguemos a nuestro límite de aguante razonable, que yo no sé dónde está ¿qué es lo que vamos a hacer?
¿No podríamos ir haciéndolo ya?
Porque las pateras van a seguir llegando.
Y porque 1.200 millones de personas van a ser 2.400 dentro de veinticinco años.
Y porque hace veinticinco que llegó a Canarias la primera patera.
Y porque en este cuarto de siglo no hemos avanzado absolutamente nada.
Quizá un modo de empezar a analizar esto sea dejando de insultar al discrepante.
Aquí nadie es más canario o canaria que nadie.
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