ME REBELO POR LO QUE SE REVELA

Relleno un cuestionario de esos que te dice quién has sido en una vida anterior y sin excepción sale sultán persa, emperador azteca o similar. No falla. No he visto ni uno que diga “pues tú eras el que cargaba las piedras para hacer las pirámides”. No. Siempre sale que fui directamente el faraón. Entusiasmado ante tal revelación, busco desesperadamente otros cuestionarios, ya más actuales. Más… digamos contemporáneos. Y ahí se revela que he sido el inventor de la biela, un empresario multimillonario o tal vez famoso cantante en blanco y negro de principios del siglo pasado.

Hoy se mira uno al espejo y ve a un ciudadano medio, de estatura media, tripita media y aspiraciones medias.

Y entonces pienso…

En otras vidas decidía acerca de vidas y haciendas, construía puentes, mezquitas, acueductos, establecía guerras, las ganaba… ¿En qué carajo me he convertido? Con lo que yo he sido.

Alarmado, aplico a esta realidad espeluznante el método científico, y de acuerdo con un infalible proceso de inferencia por realidad aumentada, calculo que en un par de vidas seré mosca de la fruta o bicho carretero.

Me rebelo ante tal revelación, pero lo cierto es que a continuación me empeño en ver, preocupado, qué hace el Tete este fin de semana.

No semos naidien…