MEDIOS Y CUARTOS
En los años 80 se presentó a las elecciones generales (en Canadá, creo recordar) un partido político llamado “sexo, drogas y rocanrol”. En su programa especificaba que lo primero que iba a derogar en cuanto llegara al poder sería la ley de la gravedad.
Imaginen el cachondeo generalizado en la prensa. En la prensa “normal”, claro está, porque sí que hubo algún que otro medio que les dio su apoyo. Que estaban a favor de iniciativas tan imaginativas.
A eso se le suele llamar libertad de prensa. Que en Román Paladino consiste en decir lo que a uno le da la gana.
Hoy, desde la tribuna de oradores, hemos escuchado que existe en España un problema con la libertad de prensa, que consiste en que no tiene ningún tipo de control democrático. Que es el cuarto poder, y que los otros tres, ejecutivo, legislativo y judicial, sí tiene control democrático, y que no puede ser que el cuarto poder no lo tenga.
Supongo que el siguiente paso será decidir si se ha de aprobar democráticamente lo que dice, escribe, compone o pinta un rapero, un tuitero, un youtuber, un bloguero, un escritor, un cantautor, un cineasta, un pintor, un borracho, un aristócrata, un empresario, un sindicalista, un tipo feo, un rarito de cojones, un gilipollas, un seguidor de Plasencia Club de Fútbol o un vigilante de aparcamiento.
De este modo, el Parlamento decidirá democráticamente si usted tiene derecho a decir un disparate o no, y en caso de que sea que sí, decidirá qué disparate puede usted decir, convirtiendo de este modo a los medios, a todos los medios, al cuarto poder, al quinto, al sexto y así sucesivamente, en voceros de lo que se decide… en un cuarto.
A veces pienso que no era tan mala la idea de derogar la ley de la gravedad.
Vaya tropa…
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