PIELES
Allá por los años 80 del pasado siglo me llamó la atención una interpelación que un periodista hizo a Margaret Thatcher cuando llegaba a algún sitio que no recuerdo bien cuál era. En concreto, el periodista le dijo algo así como:
–Señora Primera Ministra, el jefe de bomberos de Londres ha afirmado recientemente que como dirigente política es usted una absoluta incompetente. ¿Tiene algo que decir al respecto?
La mujer lo miró, con ese semblante entre despreocupado a indolente que le caracterizaba, y le contestó.
–Pues sí. Que el jefe de bomberos debería votar a otro candidato en las próximas elecciones.
Y siguió viaje.
Me acordaba de este episodio a propósito de la legión de plañideras y plañideros que se quejan de que hay gente que se dedica a criticar al gobierno, especificando que no es momento para eso, y que deberían ser solidarios, que ahora hemos de ser un equipo, trabajar juntos para el fin común, que debe ser la erradicación del bicho de nuestra tierra.
Y es verdad, ese debería ser el fin común, y deberíamos trabajar en equipo. Ya lo hacemos, de hecho. Como decía Ortega, en España, todo lo que no hace el pueblo se queda sin hacer. Y el pueblo se está enfrentando a esta plaga como puede. Y como medios materiales no sobran, ponen sobre la mesa lo que tenemos: alma, corazón… y demasiados casos vida.
Sin embargo, y a pesar de lo anterior, a esta legión de plañideras y plañideros no le duele en prendas criticar a gobiernos anteriores. Eso no supone ningún problema. De hecho, afirman que es EL problema. Y para ello utilizan el consabido dato de los odiosos recortes.
Bien.
Yo aquí no quito razones a nadie. Quien hace algo, lo hace. Y los hechos son los hechos. Y punto.
Lo que no termino de entender es por qué se tiene la piel tan gruesa a la hora de señalar con el dedo a los que son ideológicamente oponentes. Y por qué esa misma piel se vuelve tan fina cuando los demás señalan a los que son ideológicamente afines a nosotros.
Supongo que, al contrario que Margaret Thatcher, nos falta tradición democrática.
A todos…
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