SIRIA
Me recreo en mis pequeños
Con sus manos juguetonas
Que me hacen carantoñas,
Que viven como en un sueño
El penoso andar, risueños.
A través de campos yermos
Sucias y rotas sus lonas
Con horizontes inciertos
Atraviesan los desiertos
Bajo tus aves chillonas
Que nos persiguen, ladronas
Mi mente vuelve al pasado
Y me resulta imposible
Evocar el tiempo dado
Que nos resultó apacible,
Pacífico y sosegado
Un regalo abandonado
Por ti, guerra despreciable
Realidad deleznable:
Maldigo a quien te ha creado
Por delante te has llevado
Lo bello y lo bueno, y yo
Perdidas las esperanzas
Sigo el paso acompasado,
Hundida en las añoranzas
Por mi país destrozado
No quiero nada, no quiero
mi amor yace sepultado
Mi futuro, capturado
El presente, dibujado
En dos niños, ya sin padre,
Sin patria nuestra familia
Recompensa que no espero:
Sólo las bombas que exilian
Préstame vida, primero
Para llegar al destino
Del que, si bien abomino
Por un bien que lo tolero
Tras quitarme al compañero
Casa, pueblo, río, lares
Has decretado mi hado
Aparte de estos hogares
Guerra cruel, dame camino
El que nos has allanado
Suerte de trazo severo
Que nos conduzca a la tierra
Donde mis hijos, qué digo
Nuestros hijos, ya extranjeros
Encuentren lo que yo no
Paz y afecto pasajero
Lo que para mí no quiero.
Mi vida ya conoció
Del amor y del sendero,
De días bajo el abrigo:
Del abrazo más sincero
No para mí, ya no quiero
Yo ya muerta en vida estoy
Mis hijos, que son mis hijos
Les doy todo lo que soy.
Y si tú les das cobijo,
El lugar al que refiero
No te preocupes que yo,
Yo que muerta en vida estoy,
concédeme esto hoy
Y ya mañana me muero
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