VERDAD O CONSECUENCIA

Hay engaños que por años

ocultaron la verdad

hiriendo de dolor…

 

Mi verdad

(Maná)

 

Siempre se ha dicho que en determinados países, la mentira no está aceptada, no es admisible para el común de los ciudadanos. Ese paradigma tal vez haya comenzado a cambiar. Determinados personajes públicos, de nuestra tierra y también de allende los mares, han comenzado a utilizar la mentira en beneficio del relato deseado, que luego da igual que no se convierta en cierto. En efecto, la vorágine informativa es tan densa que, como suelen decir los periodistas, la primicia de hoy sirve para envolver el pescado de mañana. Algunos responsables públicos se han dado cuenta de ello, y han puesto en relación el peso que tienen determinadas afirmaciones que hoy se realizan con la afirmación contraria en el futuro.

Me explico.

La tarea del litigante es conseguir adeptos hoy. No mañana. Hoy. Y eso es algo que se obtiene de dos formas. Por un lado, armando el discurso que determinado sector de la sociedad desea escuchar. Por otro, por oposición a lo que defienden un discurso diferente, es decir, a los que no piensan igual. Soy distinto a ti, y eso lo dejo claro en mis principios, que son este, este y aquél.

Luego, en el futuro, cuando los principios y los hechos reales no casen, no habrá problema. No he podido hacer lo que deseaba, pero tú ya estás en mi equipo. Ya te he captado, y no vas a darle la razón al oponente simplemente porque no me haya sido posible cumplir lo prometido. En consecuencia, se culpa a alguien externo, o a la coyuntura, o a quien sea, y se deja claro que lo importante es la intención, no lo que se haya hecho o logrado.

Bien.

Esto tiene muchos matices, tal vez incluso aristas, pero en esencia se está transmitiendo, ya desde hace algunos años, que los principios son solo eso. El principio. Luego, los hechos, el realidad, la refriega, “obliga” a la actuación en función de lo que proceda en cada momento, y la acción puede ir en contra de los principios.

No habría más que añadir, salvo que como todo el mundo sabe, cualquier organización, comunidad o grupo de interés, es un reflejo de quien lo dirige. Y si quien lo dirige utiliza la mentira como elemento de captación de adeptos, y si además le funciona, la mentira queda consagrada como un elemento perfectamente homologado en la actuación diaria.

De este modo, observamos cómo lo que priman son los resultados, pero no aquéllos que se persiguen inicialmente como elemento de consecución de un bien común, sino como beneficio propio. Esta actuación será imitada, con la premisa, y el ejemplo, de que lo que cuenta son los resultados para quien actúa, no para las personas en pro de quien se supone que se actúa.

El resultado es peligroso, pues instala en nuestro ánimo la certeza de que la mentira ha pasado a ser un elemento más de uso cotidiano, sin importar que dicha mentira sea consciente o no. Miento, consigo mi propósito, mentira validada. Mentira habilitada.

En alguna película vi una discusión acerca de la verdad y la mentira, y uno de los interlocutores interpeló al otro diciendo.

–Pero la verdad es la verdad.

–¿La verdad? –terció el otro–. La verdad no existe. Tampoco la mentira. Lo que existe son los hechos, y la interpretación de ellos que cada uno hace.

Los hechos.

Eso instala en mi ánimo una consideración. Y es que, en cierta ocasión alguien sabio me dijo me dijo que las matemáticas son fachas. Que dos más dos son cuatro.

Y no se admiten opiniones en contra.

Tal vez sea por eso que las matemáticas caigan tan mal a tanta gente.

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