VIEIRA

Fue hace algunos años ya, pero cuando escuché la marcha del inefable Carmelito con su padre al sur, a pasar un día de playa, casi no me parto el culo cuando el nota explicó que la ensaladilla llegó con la mayonesa pa un lado, las papas pal otro, y el pimiento morrón pegado en una esquina del tupper, acojonado. Su explicación de la diferencia entre el coño peninsular y el coño canario es impagable, y ha dejado la impronta de que el “tense quietos, coññññoooo”, es, seguramente, el factor diferencial canario. Ese coño suavito, explicaba el tipo, utilizado por los canarios para que los chiquillos se estén quietos parados.

Canarias está de luto. Gran Canaria está de luto. La isla hermana ha visto a dos de sus máximos exponentes de la cultura marcharse casi de forma simultánea. Desde aquí lloramos a ambos, y quedamos un tanto huérfanos de talento. De talento literario, con el que Alexis Ravelo redefinió su realidad mediante estampas tan cercanas y tan nuestras, y de talento humorístico, con un incombustible Manolo Vieira que provocó las risas de todo aquel que lo escuchara, aquí, en la península y allende los mares, por América.

Dios te guarde, Manolo Vieira.