CUÁNTICO

Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.

Blaise Pascal

 

El profesor Amit Goswami, físico hindú afincado en Oregón desde hace la tira de años, habla de la ecología “superficial”, que es esa que todos conocemos o intuimos, y tiene que ver con el medio ambiente físico: el cuidado de los acuíferos, del aire o de las especies animales y vegetales. Que se ocupa del reciclado de los desechos y de la gestión de los contaminantes.

Pero también introduce un concepto nuevo de ecología que él denomina “profunda”. Y hace la siguiente reflexión: ¿Se han planteado que las emociones negativas podrían ser contaminantes? Pues resulta que lo son. ¿Acaso no contaminan nuestro entorno interior?

Como respuesta a esto presenta el concepto de economía de la consciencia, que se refiere a la producción de energías sutiles de emociones positivas, creando así la posibilidad de obtener equilibrio e inteligencia emocional.

Entre otras cosas pone en relación esta última ecología, la profunda, con la primera, la superficial, y razona que, tarde o temprano, nos daremos cuenta de que es necesaria la segunda para lograr la primera.

Leído el concepto anterior, que dicho sea de paso tiene su base en, atentos, la aplicación de la física cuántica a la gestión de la consciencia, no puedo por menos que pensar que el hombre tiene razón. Las emociones negativas han de ser contrarrestadas por otras de signo contrario, y para ello es necesario un proceso de aprendizaje individual en relación con nuestra energía vital y de estímulo de nuestras intuiciones. Lo que Goswami denomina el yo sutil, que una vez desarrollado influye sobre todo el colectivo que nos rodea, y que además el científico aplica a la economía como única vía para acabar con las crisis, las burbujas, las especulaciones, corrupciones, desigualdades, pobrezas, hambrunas, los terrorismos, los fanatismos, etc.

Yo pensé que era el único idealista del planeta, hasta que leí esto. Después, casualmente, me han llegado noticias de grupos de personas que piensan igual, que ya se están organizando para aplicar estos nuevos paradigmas en la economía y, por ende, en la sociedad. Paradigmas basados en la consciencia.

Visto lo que está ocurriendo en el planeta, que no voy a describir aquí por ser materia conocida y cansina, estoy convencido de que es la única vía de futuro para nuestra especie. Y de paso para las demás especies. Para nuestro planeta. Y como además de idealista soy un optimista contumaz, no dejo de pensar que la situación actual obedece a esa máxima que puede que haya usted oído o leído en algún sitio:

“La noche es más oscura justo antes del amanecer”

Buenas noches

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