DECISIONES

La verdad es que, cosa rara, hoy tengo un cabreo considerable. Ese montón de hectáreas quemadas casi duele físicamente. Y es que la temperatura del planeta va en aumento, la de los mares parece que también, y da la impresión de que todo se va en discusiones acerca de si cobrar por emitir carbono, en establecer cuotas de tal porcentaje, o cuales vencimientos para esto o aquello dentro de diez años, o veinte, o treinta.

Mientras tanto, asistimos al cotidiano chantaje que, desde los años setenta del siglo pasado, nos imponen los países exportadores de petróleo, gas y demás, que nos obligan a pasar por el aro de lo que ellos quieran, porque no tenemos cabeza para más. Por ejemplo en organizar un mundial de fútbol en noviembre. Como tienen perras pa eso y pa más, pues todo el mundo firme.

Esto no es cosa de un gobierno, sino de todos. La independencia de un país es lo que define su soberanía, en mi opinión, es lo que nos permite tomar decisiones en libertad. Y si seguimos pendiente de países extranjeros a ver a cómo ponen el barril de petróleo, a ver lo que nos obligan a bajar la calefacción y demás, nuestra soberanía queda seriamente limitada.

Las renovables están aquí, y podemos ponerlas en nuestras casas. Los que residan en un edificio tendrán que esperar un poco, a que el hidrógeno verde sea una realidad, o a que alguna empresa compre suelo y plante placas, genere electricidad con ellas y lo meta en la red. Ya la empresa Acciona parece estar en ello, comenzando por Mallorca y dicen que luego siguen con Tenerife. Pero lo que podamos ir haciendo nosotros, deberíamos hacerlo.

Si tienes un espacio, estúdialo. Las cuentas salen. Entre lo que te subvencionan y lo que ahorras en electricidad, sólo has de buscar financiación para realizar una inversión que se paga sola. Y si los números salen en La Laguna, donde viven las nubes, salen en casi cualquier parte.

Casi mejor empezar nosotros por nuestra cuenta, para dar ejemplo a los que mandan. Porque ahora no sé si fue Ortega y Gasset en su “España invertebrada” o el poeta Manuel Alcántara el que escribió que, “En España, todo lo que no hace el pueblo, se queda sin hacer”. Si seguimos esperando a que alguien con poder tome decisiones de esas que nos afectan a todos, aviados vamos.

Lo de subvencionar unos céntimos el litro de gasolina es efectista, pero obvia el problema de fondo, y éste es que nosotros podemos generar nuestra propia energía, pero no lo hacemos porque no nos ponemos a ello.

¿Y si nos ponemos?

Porque el planeta está hasta las mismas narices de nosotros.

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