DESCONCIERTO

Cómo ha cambiado el cuento.

Hace relativamente poco tiempo, cuando se comenzaba a anunciar la salida al mercado de las vacunas de Pfizer y de Moderna, el comentario generalizado era siempre el mismo. Que vacunen a los demás primero, que yo me quedo para el final. Nadie se fiaba de su efectividad, ni tampoco de la buena fe de los inventores.

Uno de los argumentos que se esgrimían de forma generalizada era que ni siquiera el propio director de la farmacéutica Pfizer se iba a vacunar en una primera instancia.

Hoy vemos con cierta sorpresa (nuestra capacidad de sorpresa es ilimitada) cómo muchos de los que están en el poder, independientemente de su signo político, aprovechan su puesto para saltarse las colas y vacunarse antes de lo que les corresponde.

Un consejero de salud obligado a dimitir, concejales, gerentes de hospitales, dirigentes de Murcia, País Vasco, Tarragona, Alicante, Valencia, Córdoba, Extremadura o Ceuta, miembros del PSOE, del PP, de JxCat, de Ciudadanos…

El aprovechamiento inapropiado del cargo que se ostenta parece campar a sus anchas por este país desde un extremo al otro, desde un partido su antagónico. En tal materia, la ideología no tiene pinta de contar mucho.

En poco tiempo, ese “tú primero que a mí me da risa”, una vez inmersos como estamos en la temida tercera ola –que más parece un tsunami– ha cambiado las perspectivas de unos y otros, y los casos de conducta inapropiada se muestran en los medios de comunicación en forma de incesante cascada.

Actitud reprobable en unas personas que no tienen los principios claros. O a lo mejor sí los tienen claros, pero son los principios equivocados. Me vacuno yo y si eso pues ya vemos.

Lo más gracioso del asunto es que el director de la farmacéutica Pfizer, Albert Bourla se llama, ese CEO que todo el mundo indicaba al principio que no se vacunaba porque no confiaba en su propia vacuna, efectivamente no se ha vacunado. Y según sus propias palabras, el motivo está lejos de lo que ha saltado a la opinión pública.

Allá por mediados de diciembre de 2020, este hombre afirmó en una entrevista con la cadena CNBC:

“Tengo 59 años, gozo de buena salud, no estoy en la primera línea, por lo que para mi tipo no se recomienda vacunarse ahora. Tan pronto como pueda, lo haré”.

Seguramente tal actitud sería tachada por la impostura de algunos como quijotesca, pues si alguien lo tiene fácil para vacunarse es el dueño del invento.

Sin embargo, es posible que la referencia literaria para estos que se saltan la cola sea equivocada. Tal vez sea más apropiada la de Rinconete y Cortadillo.

O incluso la del Lazarillo de Tormes.

Que a muestrario de pillos ilustres no nos gana nadie.

No Comments

Post a Comment