EUROPA… ¿PA CUÁNDO?

Comentaba Hernández de Cos, presidente del Banco de España, que esta crisis supondrá una perturbación sin precedentes, y pide Eurobonos para enfrentarla. Merkel, enemiga de dicho enfoque, ya se plantea nacionalizar sus empresas estratégicas alemanas. En España también hemos activado el blindaje a las empresas cotizadas, activándose la norma que prohíbe a extranjeros la compra de más del 10% del capital de dichas empresas. Macron afirma que como no sepamos gestionar esto bien podemos terminar en guerra.

Guerra.

Si se fijan, en toda esta historia Europa no existe. No ha existido, en realidad. Más allá del programa de compra de deuda pública del BCE, que es lo que en su día Draghi puso a funcionar, no hay Europa.

En su día nos vendieron que el proyecto europeo era estupendo, porque suponía la colaboración de todos los países integrantes por el bien común. Sin embargo, cuando viene un mal común, como es el caso, parece que todo el mundo se preocupa del bien propio. Y no del común. Ya lo hemos visto otras veces… (crisis de inmigrantes con un Frontex inoperante, crisis financiera con el norte llamándonos PIGS ante esta, mirando para otro lado y únicamente preocupados por si España sería responsable de que el euro se fuese al traste o no).

Lo que uno espera en estos momentos es que los dirigentes europeos desarrollen la complicidad que no han desarrollado en estos últimos 60 años, para defender a todos los europeos como si fuésemos uno, y empezando por el principio: la salud, la comida, el abrigo, la protección social. Y después todo lo demás. Como un equipo.

Sin embargo, la solidaridad europea no está. Y si no surge de una situación como esta, una pandemia mundial que está partiendo el espinazo a nuestro modo de vida, mejor no la esperemos. Y no me extraña. Los eurodiputados tienen una agenda que contempla 134 días laborables al año. No parece que se estén dejando la piel, precisamente. Muchos van para allá el martes y vuelven el jueves a casa. Así es normal que todo se eternice.

Por tanto, lo mejor sería ir pensando en clave local, lo cual es una mesa de varias patas.

Una de ellas, casualmente, son nuestros agricultores. Hace unas pocas semanas estaban en las calles pidiendo un poco de ayuda a las autoridades, porque trabajan bajo unas condiciones que no les permiten sobrevivir.

Hoy nos damos cuenta de que esos mismos agricultores son los responsables de que España se autoabastezca de más del 80% de lo que come. Más que ningún otro país europeo. A ver si de esta crisis, además de a los investigadores, a los sanitarios y a los responsables de logística, aprendemos a apreciar a todos los productores de todos esos productos que se elaboran o crean en nuestro país, que están muy buenos y que nos mantienen sanos.

 

Total, a la hora de la verdad, cada cual piensa en su propio estómago…

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