FELIZ NAVIDAD

Vuelvo de comprar el pan del desayuno y un inmigrante me sonríe cuando detengo el coche para que cruce la calle. Hacia dónde se dirigirá, me pregunto, en ese periplo interminable que tantas gentes de un color diferente al mío se empeñan en transitar en su camino hacia la plenitud. Cuáles serán sus sueños, cuáles sus dificultades, qué cosas habrán dejado atrás, qué miedos ocuparán sus mentes, tan cercanas, tan lejanas de las nuestras. Tan incomprendidas. Llego a casa y me siento en el porche a fumar un cigarrillo mientras observo que el día ha decidido que veamos el azul del cielo, salpicados por unas nubes que van de acá para allá, quizá meditando acerca de dónde van a soltar su preciada carga. La naturaleza se ha confabulado para que el invierno lo siga siendo, y para que este tiempo de evaluación, de valoración, de apreciación, nos obligue a sacar abrigos, paraguas y sonrisas. Porque las sonrisas son obligadas. Estamos aquí, en paz, en una tierra que nos acoge a nosotros, y tantas gentes de tantos lugares que han encontrado su hogar en un territorio fraccionado, pequeño y bello. El mayor orgullo para nosotros, personas sencillas que valoramos lo que vale, es que otras personas de tantos lugares nos consideren idóneos para que ellos encuentren lo que tal vez no han encontrado en otros lugares. Paz, diversión, seguridad, amistad, alimentos, derechos, sonrisas, amor. El amor, ese intangible sin el cual todo pierde el sentido.

Sigamos dando sentido a nuestros años. Sigamos siendo ese rincón del planeta donde las cosas se valoran por lo que valen, y no por lo que cuestan.

Agradecido por tanto, no puedo por menos que desearles a todos que sus deseos se cumplan razonablemente en los próximos meses, y tampoco puedo evitar manifestar mi plenitud de pertenecer a una comunidad de gentes de tantos sitios, que se miran, se sonríen, que descorchan y que se toman las cosas con la calma necesaria para que transitemos pacíficamente por esta tierra, con los ojos abiertos, las manos preparadas para echar una mano a quien lo necesite y el espíritu libre para apreciar que vivimos en el mejor rincón del planeta.

A todos, a todas, Feliz Navidad y un próspero 2024.

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