LA BÚSQUEDA
Se marcha un montón de gente de este planeta todos los días. O de este mundo, no sabría decir. Y últimamente, gente que uno no conocía, pero que de un modo u otro eres consciente de cómo han influido en las vidas de tantos. De las lecciones que nos han dejado. Hilda Siverio, o el cineasta Carlos Saura han sido los últimos en hacerlo, y cuando revisas sus vidas y sus afanes, un montón de preguntas llegan a la mente sin pensarlo.
Pero al final, todas esas preguntas se resumen en dos. O tal vez en tres.
¿Lograron sus objetivos?
¿Fueron felices?
¿Tiene algo que ver una cosa con la otra?
Porque la felicidad normalmente se une al hecho de que uno logre sus objetivos. Cuando gane tanto, seré feliz. Cuando logre tal cosa, seré feliz. Esto me hace feliz, aquello también, lo otro me hace infeliz.
La búsqueda de la felicidad consiste en alcanzar ese intangible que todo el mundo se afana en lograr, para averiguar que es precisamente eso. Un intangible, algo que no se puede agarrar con los dedos, porque se escapa entre ellos, dejando la sensación de que “ufff, casi”. ¿Verdad?
De este modo, nuestra vida, nuestras vidas, se convierten en la búsqueda de un intangible que todos renunciamos a reconocer, porque tras cada esfuerzo, tras cada objetivo, tras cada meta volante, creemos que yace la ansiada felicidad.
Pero la felicidad no es algo que se pueda definir. Para unos es una cosa, para otros es otra, para otros no existe, para otros está ahí, caminando junto uno y riéndose de todos nuestros esfuerzos, porque es inalcanzable, a pesar de tenerlo a mano. Tan cerca. Tan lejos. Tan abstracta, tan aparentemente concreta.
Tal vez unos pocos hayan encontrado la piedra filosofal, esa que indica los pasos a dar, las tareas a llevar a cabo para lograr la felicidad. Otros analizan el pasado mirando una foto desvaída, para razonar algo así como “éramos felices y no lo sabíamos”.
O tal vez, sólo tal vez, la felicidad no se trate de un proceso. Es simplemente un acto. Es una decisión.
No importa la situación, el momento, la edad.
La felicidad, ser feliz, es una decisión, que adoptas o que no adoptas.
Lo demás son simples coartadas.
Quizá no haya que buscar nada.
Quizá la cosa es decidir ser feliz. Ahora mismo.
Y pal carajo…
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