LA ESCENA INTERNACIONAL

Recientemente, en la entrevista que Pablo Motos hizo a Felipe González (mira que tiene chicha la mencionada entrevista), el ex presidente comentó que hablaba con Bush padre cada sábado por la mañana. A saber de qué. Igual se intercambiaban recetas de cocina, aunque me da que no, que seguramente había más enjundia en dichas conversaciones. Es cierto que, además, el presidente Reagan terminó por desarrollar una afectuosa relación con el español, a pesar de encontrarse uno en las antípodas ideológicas del otro.

Con los presidentes que continuaron la relación fue… fue.

Había relación.

Aznar desarrolló una amistad con Bush hijo que sorprendió a propios y extraños, pero luego se demostró que detrás de todo estaba el interés del país en el apoyo en la guerra de Irak que le costó las elecciones en 2004. Y así acabó la cosa.

Obama llamó a Zapatero casi al tiempo que entró en la Casa Blanca, si bien luego le dijo que se pusiera las pilas con la economía en aquel infausto mayo de 2010, o el solito se iba a cargar el euro. Recortes y demás que vinieron luego, con la consiguiente convulsión social. Obama había decidido obviar que Zapatero no se levantara al paso de la bandera de Estados Unidos en el desfile de la Hispanidad de 2003, pero cuando se trata de las cosas de comer, hay que tener algo de cabeza.

Hoy asistimos a un espectáculo inenarrable, en que Biden ya ha hablado con todo el mundo. Por supuesto Johnson, Merkel y Macron (varias veces), Putin, Conte, el irlandés Martin, Arden, de Nueva Zelanda, Alberto Fernández de Argentina, Sebastián Piñera, de Chile, Abdalá II de Jordania, Ramaphosa de Sudáfrica o Alvarado de Costa Rica, entre los 30 jefes de Estado con quien ha mantenido contacto.

De España aún no se sabe nada. Por no haber, ni ha nombrado aún embajador en nuestro país, por no hablar del reciente apoyo a Marruecos corroborando el de su antecesor Trump.

Esto nos da una idea del peso que tenemos en la escena internacional, que es ninguno. Me resulta curioso que España se siente en el G-20 como invitado, y no con silla propia, como corresponde a la 13 potencia económica del planeta, que además se encuentra en un lugar del planeta geoestratégicamente clave no, lo siguiente, que diría un pijo. Entrada del Mediterráneo, frontera con África y demás. Los norteamericanos mantienen dos bases militares en nuestro territorio, pero parece que nuestra importancia estratégica, como miembro de la OTAN, de la UE, como potencia económica, como interlocutor lógico con América del Sur y como el lugar donde mejor se come tortilla de papas del mundo, no es suficiente.

Los diplomáticos ya no saben cómo ponerse cuando algún periodista saca el tema, y alegan cosas de agendas y mierdas así, cuando la realidad es la realidad. En España estamos sumidos en la oscuridad de una economía que languidece, de una fractura social sin precedentes, de la negación de la otra mitad, del acoso de los soberanistas catalanes con la murga de la DUI, del chantaje de los soberanistas vascos, que cambian dinero por votos, y de un gobierno que miente al pueblo hablándole de tonterías mientras el mundo va a su bola y nosotros a la nuestra.

No somos serios y claro, no nos toman por serios.

El edificio ideológico de la escuela Redondo puede ser bueno para el regate corto, pero a largo plazo hay que construir una sociedad, y nosotros estamos en otra cosa. En un proceso extraño e incomprensible.

Entonces claro, no nos llama nadie porque los demás están ocupados en cosas serias.

No en machangadas.

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