MI REPÚBLICA

En la República de Mis Amigos tenemos dos reinas. Son las reinas más guapas del mundo. Y ahora también tenemos dos reyes. Son los reyes más guapos del mundo. Están nuevecitos, casi sin usar. Son nuestros monarcas, y tienen poderes ejecutivos. Todo lo que piden, se lo damos. Pero nunca piden nada. Se dedican a darlo todo. Son unos reyes un poco raros.

Pero es que en la República de Mis Amigos todo es al revés. Para empezar, ¿qué república tiene reyes? Pues la de Mis Amigos. Mi República es un desastre, todo lo hacemos mal. Como nuestro Parlamento. Porque tenemos un Parlamento, pero no funciona. Todo el mundo habla al mismo tiempo, y así es imposible. No hemos podido aprobar ni una sola ley todavía. Pero sí hemos podido derogar una: la de la gravedad. Por eso, cuando entras en la República de Mis Amigos, flotas. Está muy bien. ¿Has flotado alguna vez? Deberías probarlo.
Mi república es un caso. Es una república laica, pero tenemos un espíritu santo. Tiene una barba blanca, muy larga, brazos tatuados y cara de gamberro. Se dedica a canalizar energías. Como Endesa. Pero este es más barato. Y cobra en besos y achuchones. Y nunca tiene cambio. Qué le vamos a hacer. Y las energías sólo se usan para cosas buenas. Para cosas buenas que impulsa un montón de espíritus santos más que tenemos. Lo que pasa es que se esconden.
Porque en la República de Mis Amigos, nadie quiere destacar. Nadie quiere protagonismo. Nadie quiere nada.
Lo que te digo: un desastre.
Vivo en la República de Mis Amigos. De vez en cuando salgo de ella y escribo un poco. Y me vuelvo enseguida. Si me buscas, ya sabes donde estoy. Allí te espero.

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