MIRADAS

Las visiones de las cosas, qué diferentes que son.

Verán, en el siglo XVIII, un tal Amherst llegó a mariscal de campo del ejército británico tras hacerse famoso por su plan de inocular la viruela a los indios a través de unas mantas infectadas. De eso modo se calcula que unos 150.000 contrajeron la enfermedad y murieron, algo cuya intención queda reflejada en una famosa carta que envió a algún subordinado. El control por la zona de los Grandes Lagos cambió a partir de entonces.

Poco después, a principios del siglo XIX, la denominada expedición Balmis fue capaz de llevar la vacuna de la misma viruela a América. Había sido descubierta por un inglés, Edward Jenner, pero en la medida en que no había frigoríficos, ni forma de transportarla, a este médico español, Balmis, se le ocurrió seleccionar a 22 niños huérfanos de La Coruña, inocularle el virus cada semana de dos en dos para que la vacuna llegara fresca a América, donde la campaña de vacunación fue un éxito.

Hay que considerar que la viruela mató a 60 millones de personas en Europa durante el siglo XVIII, así que no hablamos de cualquier cosa.

La rectora del orfanato coruñés, Isabel Zendal, o Cendales, o Sendales, o Sendala (hay 25 versiones de su apellido), se puso a la cabeza de la expedición, dejando atrás a su propia familia para llevar a cabo la empresa, que luego siguió hacia Filipinas con 26 niños más. La OMS considera que la suya fue la primera misión internacional llevada a cabo por parte de una enfermera. Luego vinieron más, claro.

Una misma enfermedad, dos miradas diferentes.

Personalmente me gusta más la de Balmis. Y la de Zendal. Por este motivo, veo apropiado el nombre escogido para el polémico hospital de pandemias que en 100 días han construido en Madrid.

Otros prefieren criticarlo, pero siempre pensé que los impuestos están para eso. Para hospitales, y tal.

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