NOCHE DE PAZ

Inefable dosmilveinte de negados indignados, de inmortales displicentes, de pacientes que impacientan, qué cosas tiene la gente. Promiscuidad normativa y disensiones del poder, nuestra vida en la picota, respuesta desdibujada de aquellos que nos manejan que con todo, no son nada. La retaguardia violada que nos hace estremecer. Un monarca en el desierto, y el otro que se atribula. Es perentorio actuar, que el apoyo popular no lleva implícita bula. Gestores que palidecen, que se ponen de perfil ante intereses espurios que de algún modo enmascaran las decisiones que llueven chuzos de agua empozada. Un pueblo desconcertado y que se revuelve inquieto ante tanta adversidad, ante formidable reto. El hambre que hace presencia, la pobreza que planea como espada de Damocles sobre sobre todos, sin conciencia. La unidad, desdibujada, que invoca necesidad. Somos todos, somos uno, no procede salvedad. Un año que se termina con noches de soledad. Unas horas en que paras y meditas, la verdad, es que mentes “desinquietas” claman solidaridad. Sirve el vino que el futuro se muestra desafiante. Cuando estemos en después… nunca será como antes. No forcemos un trasunto, que si una lección nos deja es que somos mucho más siempre que actuemos juntos. Sé prudente, sigue andando, que este acto no será el que sentencie el telón de nuestro infausto teatro. Como actores en un ruedo intuimos, estimamos, y rendimos pleitesía a los sueños que dibuja la más bella poesía. El futuro no está escrito, pues es nuestro y no será, lo que aquesta adversidad se empeña en un yo contrito. Es el tiempo de mostrar la rebeldía inherente, tenaz indocilidad que debemos a los ausentes. Que cayeron sin piedad, sin una segunda parte. La deuda de los presentes por pura necesidad. Por justicia y equidad, como flamante estandarte. Aunque apretamos los dientes, brindamos por la verdad, por la tierra, por el mar, por un aire diferente. Por volver a lo que es nuestro, los abrazos, el calor, el aroma de una flor, por el mandoble más diestro. No me vengas con lamentos, destierra de ti el rencor.

Es nuestra deuda de honor…

…con todos nuestros ancestros.

 

Feliz Navidad.

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