UN DÍA CHUPI

Hoy tenemos dos extremos en la vida pública europea. Por un lado, la gallega Yolanda Díaz lanza su personalísimo proyecto llamado Sumar, y por otro, o en el otro lado, Boris Johnson se pega un costalazo que ya venía cantado desde hacía un tiempo. El populismo, sea de derechas o de izquierdas, siempre tiene los días contados, y dura lo que dura el cabreo ciudadano por la ineficacia de la “realpolitik” que campa a sus anchas por toda Europa, y más allá, que diría Buzz Lightyear. No deja de ser divertido, hasta entretenido, observar cómo se desgañitan unos y otros para llamar la atención del votante, y a medida que pasa el tiempo y se desgranan los días de esta legislatura, la política cada vez se parece más al fútbol de los setenta y ochenta. Si el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once, y al final siempre ganaba Alemania, la política parece ser una actividad que se centra en las necesidades del ciudadano, donde las diversas formaciones establecen sus propuestas… y al final siempre gana Sánchez.

Duro contrincante tiene Díaz con el presi, que parece impermeable a todos los estropicios que han asolado la vida del planeta en los últimos cinco años, pandemia de por medio y crisis energética en “tó lo arto”.

Tratamos de centrarnos y dilucidar qué es lo mejor para los hijos, porque uno está donde está. Filtramos los mensajes y tratamos de ponerlos en contexto, para lo cual es esencial saber qué tipo de terreno de juego ocupamos, y observamos un tanto atónitos que cada vez trabaja más gente en España, más de 20 millones de almas desde hace ya un tiempo, y cada vez hay más distancia entre los ricos y todos los demás. La nueva economía nos ha cogido con el pie cambiado, y desde hace años parece que bailamos la yenka. No sabemos si el mejor poner placas fotovoltaicas, comprar Bitcoin, dar de baja la hipoteca ante la subida inminente de tipos o, como diría el sindicalista, irnos de vacaciones y a tomar por saco.

Yolanda lo tiene claro. Con esa actitud monjil del tipo “y ahora nos vamos todos juntitos de excursión a pasar un día chupi…”, nos lanza un mensaje bastante básico, demasiado, en mi opinión, para la vorágine en la que nos encontramos en la actualidad.

Pero España suele ir a su bola. Quién sabe, es posible que el ciudadano compre el discurso de Yolanda Díaz. Que haya dado con la tecla que necesitamos, cual es el “no me vuelvas más loco, no me traslades más problemas, que bastante tengo con lo mío”.

Así que nos iremos de excursión y pasaremos un día chupi, mientras vemos al inefable Johnson apoyado en la barra de algún pub, mandándose una pinta y preguntándose a sí mismo.

–¿Por qué no se me ha ocurrido a mí proponer al ciudadano ir pasar un día chupi también?

Y es que los británicos se han dado cuenta demasiado tarde que la cantera política más prolífica de Europa está en Galicia.

Donde crecen las nécoras…

 

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