VANGUARDIA

Es que animal no termina de entender bien las cosas. El diccionario de la RAE ha recibido, aceptado… podríamos decir que abrazado, una serie de términos que en opinión de los doctos académicos son dignas de entrar en el ilustre libro. Algunos amigos y amigas que probablemente estén leyendo esto me indican que el diccionario no contempla lo que está académicamente bien, lo que sería correcto, sino lo que la gente realmente dice. El modo en que nos expresamos, pues es un reflejo de lo que ocurre en la realidad.

De tal modo, hay términos que han ingresado en el venerado consultorio de términos, como por ejemplo almóndiga, murciégalo, madalena, moniato, vagamundo, dotor, otubre o toballa.

Por tanto, en la frase “fui al dotor en otubre y me dijo que si me jarto a madalenas, almóndigas y moniatos voy a terminar como el murciégalo vagamundo que no sabe dónde colgar la toballa”, la única palabra incorrecta sería “jarto”.

Y claro, uno protesta, porque la jartada recurrente es una característica idiosincrática del belillo que les habla, siendo belillo otra palabra no aceptada por nuestro diccionario y que en este momento enfáticamente reivindico.

No hay poesía más bella que la de ver a un chiquillo jartándose de papas con mojo, y escuchar cómo alguna abuela que observa con lágrimas en los ojos dice aquello de “ayminiñodagustoverlocomer”. Así, todo junto, como una nueva palabra que, en este acto, asimismo reinvindico. Este belillo opina que “ayminiñodagustoverlocomer” ha de ser recogido en el diccionario con el respeto que la vanguardia ha de observar respecto de la tradición.

Hombre ya…

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