VOLANTAZOS

Un ejemplo burdo de cómo funciona la economía (economistas que lean esto, soy consciente de la falta de rigor, pero por favor no me aleguen, que es sólo para explicarme con profanos en la materia):

Imaginemos un país que genera una riqueza de 1 billón a año. Eso quiere decir que puedes comprar toda la economía de ese país por un billón. Fácil, ¿no?

Vale.

Pues ahora imaginemos que esa misma economía “fabrica” 1 billón de euros. Luego ha fabricado todo el dinero necesario para que la economía sea adquirida por unos u otros.

Po fale, que diría Makinavaja.

Ahora imaginemos que, en lugar de fabricar 1 billón, fabricamos 2. Pero la economía “real” tiene el mismo tamaño, es decir, 1 billón. Sin embargo ahora, para comprarla, necesitamos 2 billones, porque la masa monetaria se genera tomando como referencia la riqueza de un país desde que se eliminaron los patrones monetarios en 1971. Y si ese país genera 1 billón, ya podemos fabricar 10, que solo podemos comprar 1 billón de economía “real”.

Es decir: cuando más dinero “fabriquemos” al margen de la riqueza generada, mayor será la inflación. O, lo que es lo mismo, menos vale el dinero. Haría falta más dinero para comprar lo mismo.

¿No?

Bien, pues durante la pandemia, el BCE imprimió dinero extra por valor de 1,85 billones de euros. Y la FED norteamericana, 3,23 billones. Son 5 billones y pico generados de más sólo entre Europa y Estados Unidos para una economía que, en el mejor de los casos, vale lo mismo. En este caso menos, por la pandemia, claro

Consecuentemente, la inflación se dispara.

Si además unes a esto el sobrecoste que tiene la energía como resultado de no habernos preocupado de ella lo suficiente y, lógicamente, aumenta nuestra dependencia exterior en tal sentido, llegas al cuadro que tenemos hoy.

Y hoy se habla de beneficios excesivos de muchas empresas, de quitarles dichos beneficios para aliviar las subidas de la energía al ciudadano, etc. No lo dicen personas extremistas de partidos extremistas. Scholz, sin ir más lejos, así lo ha dicho, y alguno que otro también.

Y entonces uno se pregunta dónde está la previsión de quienes nos gobiernan, que se ven obligados a dar golpes de timón y a hacer que la sociedad se preocupe por cosas que se podían haber anticipado y evitado con un buen plan de inversiones y un buen plan de financiación.

La cuestión es que, cuando algo no es un problema, no hay problema. Es decir, si compro energía barata aquí y allá, no pienso que eso sea un problema, porque no pienso que este o aquel país vayan a liarse a tortas. Pero claro, cuando se lían, la has liado. Como dice Warren Buffet, cuando baja la marea ves quien ha estado nadando el pelotas.

Ha bajado la marea y nos ha cogido en pelotas. Y ahora la solución está en quitar beneficios a las empresas para repartir.

Po fale. Po malegro…

Tal vez tener que gestionar una pandemia, una guerra, o dos, un volcán y lo que toque sea complicado, no digo que no.

Pero la independencia, la de verdad, tiene muchos frentes, y uno de ellos es el energético. Y aquí vuelvo a lo que hablé hace un par de días, a la serie “Apagón”.

Si un guionista de cine puede aventurarlo, ¿qué no puede hacer quién está al mando?

¿Hay alguien al mando, en cualquier caso?

¿Hay alguien pensando en el futuro?

 

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