VOTO SUBASTADO

Es interesante analizar la web www.casos-aislados.com, que detalla los casos de corrupción abiertos y cerrados, analizados por cuantía, Comunidades Autónomas, partidos y demás criterios.

Si analizamos por Comunidades Autónomas, la de Andalucía gana con casi 140 casos, siendo las siguientes la Comunidad Valenciana, Madrid, Galicia y Canarias.

Aunque el total presuntamente defraudado asciende a casi 125.000 millones de euros, y siempre de acuerdo con lo consignado en esta web, el PP se lleva la palma con 62.000, siguiéndole el PSOE con 44.775. Pero escapar, no escapa prácticamente nadie, estando empresas, sindicatos, prácticamente todos los partidos políticos y hasta la Casa Real incursos en algún proceso.

El afán de todos, en cualquier caso, es intentar hablar de la corrupción del otro, sin pensar en la propia. Y en mi opinión como individuo pagante de impuestos, es que la corrupción es un problema que afecta a todos. Harían bien todos, por tanto, en hacérselo mirar, pues nadie puede levantar el dedo acusador sin considerar lo hecho en su propia organización. A este lo hemos echado. Punto. Parece ser toda la responsabilidad que alcanza a los partidos. ¿Y ya está?

Coño, cualquier persona que defraude a Hacienda recibe una multa equivalente hasta al 150% de lo defraudado… más lo defraudado. Más intereses de demora más el sursum corda… Vamos a dar ejemplito, ¿no?

Las cosas han llegado a un punto en que opino que debería hacerse un pacto de Estado, que comience por el reconocimiento de los cadáveres que cada uno tiene en el armario, y que ponga como objetivo el evitar que estos casos, que suman un porrón de pasta, no vuelvan a ocurrir. Para ello, sería buena la denuncia conjunta de los casos, la ayuda mutua y la humildad, ya que los ciudadanos hemos dado nuestra confianza a unos y otros para que administren bien ese dinero que tanto nos cuesta ganar, y no para que estén salpicando de sopa toda la mesa.

Pero veo con bastante pesadumbre que los tiros no van por ahí. Todo, absolutamente todo, es susceptible de convertirse en una herramienta arrojadiza para hacer daño al otro, cueste lo que cueste.

Por tanto, ahí va mi propuesta: El político que hable de la corrupción en los términos en que yo lo hago ahora, es decir, en el sentido de reconocer que están todos dando un cante que te cagas y que eso no es fundamento ni nada que se le parezca y hay que zanjarlo de una vez, tendrá mi voto.

Pero no hay nadie que lo haga. Nadie en absoluto. Piensan, unos y otros, que la corrupción simplemente existe, y que lo importante es que no haya fotos, pruebas o elementos sonrojantes que el otro pueda utilizar. Y no piensan que esto es algo muy dañino, que por lo demás se puede erradicar si se pone el debido empeño, carajo.

125.000 kilos, compadre.

Por tanto, subasto mi voto…

 

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